En Oaxaca, el 9 a las 16:00, la caja hacía ruido, como que engranaba una velocidad sin meter velocidad, cuando presionabas el embrague, resolviendo, y en eso nos tardamos el día, creíamos que era el selector de quinta, quitaron la tapa pero no se veía nada, probamos una vez más a las 19:00 y nada, cambiamos de lado las cazuelas en la noche, pensando que estaban al revés, pero nada, siguió haciendo ruidos el 10 a las 07:00, no calificamos el jueves, reparamos un soporte de motor a las 12:00 esperando que ese fuera el roce que tenía la caja, luego al ir a la arrancada a las 19:30, el mismo ruido.

Pasaron la arrancada a pie a las 21:00 y me regresé el auto a servicio antes a las 20:30, ahí cambiamos la caja por una de Renault 8 normal de 4 velocidades, así arrancó el viernes hacia Veracruz a las 06:00 del 11. En Veracruz, un servicio de unas dos horas, detalles no muy grandes.

Al día siguiente el 12, 06:00, temprano a la CDMX, a las 12 del día más o menos, en Tehuacán, se rompió el motor, yo ya estaba en camino hacia CDMX, el equipo pasó por Piloto y Navegante y los trajo al taller, el auto llegó a las 20:00, pero a las 19:00 había llegado ya un donador, un Renault 18 que estaba jalando, quitamos motor, quitamos cabeza, quitamos pistones y bielas, y armamos un monstruo como pudimos.

Aprovechamos para arreglar la caja de 5 y lo que tenía eran piedras, así, piedras. Digo que tenía piedras, le dio la gana de tener piedras a la caja. Le sacaron las piedras que tenía la caja, porque así le había dado la gana, la armaron y la acoplaron al motor que era un monstruo, un mole, un bodrio, una vomitada, una huácara de motor, eso era.

La selectora tardó tiempo en hacerse, más de lo que le hubiera gustado al cliente, ya estaba impaciente, a las 19:30 más o menos del 13 y habiendo perdido toda la etapa de CDMX a Querétaro, salió el Dauphine con su piloto y navegante hacia Querétaro.

Ahí, se hicieron dos o tres cosas más en el servicio y con poco sueño, a las 07:30 del 14 yo muy encabronado gritaba por las llaves del auto que tenía que haber entregado a las 07:30 en el hotel del cliente. Llegué a entregarlo a la arrancada a las 8:00 el cliente impaciente, como siempre.

A las 8:35:30’ del 14 salió el auto y su tripulación hacia Morelia, y como por eso de las 12:00, a la hora que le gusta al auto romper más o menos los motores, rompió el segundo motor, no fue sorpresa, sabíamos que era posible.

En Morelia, el 14 a las 21:00 llegó un motor que consiguió el cliente en Guadalajara, de esos motores que se consiguen nuevos y puestos en donde se necesite que se pongan.

El equipo, de las 17:00 a las no me acuerdo que horas, bajó el motor roto, preparó todo y con precisión de clínica de especialidades plásticas de Coapa, hizo como pudo para armar el tercer motor y ponerlo en el coche. El cliente no se rinde, nosotros como el cliente.

Arrancó el 15 como a las 11:00 rumbo a Guanajuato, con su tercer motor que no era ya un monstruo si no un monstruito, hubo también que hacer magia, de esas que incluyen hacerle fly cuts a los pistones con un esmeril portátil.

Llegó a Guanajuato y ahí le dio servicio el equipo, reenganchó la tripulación que no se rinde y llegó a la meta en Guanajuato, bien y de buenas, ahí a las 20:00 un servicio de cambios de aceite y de apretar aquí y allá y dejarlo listo para el 16 Zacatecas.

Salió rumbo a Zacatecas y no hubo mucho más que pasar a Aguascalientes a conseguir unos retenes para cambiarle uno que estaba fugando, pero funcionó, corrió La Congoja y corrió La Bufa y corrió, llegó a Zacatecas como un héroe, entre tambora y tostadas de pata, como un héroe.

Se le dió su servicio nocturno el 16 y a las 6:00 fui a entregarlo con al piloto, para llevarlo ya por fin hacia Durango, en donde se enfrentaría al Espinazo del Diablo y a una selectora rota en el enlace antes de llegar a Fresnillo en la arrancada.

Esto no lo sé de cierto pero me lo contaron, que vocearon por altavoz a un soldador y encontraron varios, uno de ellos los llevó empujando a su taller en donde soldaron la selectora de la palanca que estaba desoldada. Salieron a Durango unos minutos después.

Los vi en el primer servicio de la Joya, ahí apretamos una rueda, cambiamos aceite de caja, limpiamos y revisamos niveles, también nos tomamos fotos con Emersson Fittipaldi quien al parecer quedó muy impresionado con el Dauphine y armó un verdadero tianguis mediático en nuestra carpa de servicio, una de esas experiencias que no se me van a olvidar nunca.

Llegaron a Durango a eso de las 18:00, pasaron el arco de meta y me subí con ellos y el equipo a darles un abrazo y felicitarlos, un año más que lo logramos, creo que este igual o más complicado que el pasado.

La Panamericana es un esfuerzo de muchas almas, pareciera que es muy fácil, pero pone a prueba muchos sistemas, pone a prueba el trabajo en equipo, la calidad, la confiabilidad, el desempeño, la coordinación, la logística, el alma del ingeniero, el sueño del técnico, la inspiración de los medios, los fotógrafos, los camarógrafos, los creativos, los medios, las marcas. Un sistema muy bonito. El más.

Haber llegado a la meta esta Panamericana, fue el resultado del trabajo de muchos en Monkey Racing, todo el equipo en el taller que estuvo trabajando a marchas forzadas muchas horas. Debo reconocer el esfuerzo de todo el equipo de Operaciones dirigido por el Almirante mi hermano.

Por otro lado es de admirar y reconocer el esfuerzo de Panchito y Oscar que fueron los que valientemente se aventaron el tiro de no dormir y no rendirse para poder sacar el auto todos los días aunque fuera tarde. Al equipo de Marketing que nos ayudó con la edición de los videos y las ideas, muchas gracias también.

Ser parte de La Carrera solamente se comprende siendo parte de La Carrera, les deseo a todos que alguna vez, sean parte de ella como sea.

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