Bernard Hanon; su Proyecto 822 y la venta de lubricantes

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El Regaño

Muy poco se sabe, primero porque hay poca información, porque está escrita en inglés o en francés que son los idiomas más utilizados en el mundo del automovilismo y del deporte motor (ojo, no estoy diciendo que nadie sepa inglés o francés, pero creo que es más difícil encontrar información en español) y después, porque normalmente nos gusta disfrutar de los grandes sucesos pero no somos buenos haciendo preguntas. Con esto no estoy generalizando (un poco sí) ni pretendo ofender a nadie, sólo creo que mi percepción es que nos gusta ver el lanzamiento del cohete pero nos interesa poco la historia del ingeniero que trabajó miles de horas para poder lograr que el cohete fuera lanzado.

Lo que quiero decir es que normalmente, no soy ni medianamente bueno al preguntarme sobre las causas y orígenes de los autos emblemáticos y que han marcado la historia del automovilismo por su éxito, por sus contribuciones a la industria o por ser ganadores de diferentes campeonatos, pruebas o competencias.

No me voy a tirar al suelo ni ponerme dramático, pero hoy preferimos ver una foto o un video que cuente una historia a leer una nota y eso hace muy difícil poder transmitir todas las ideas en un video de 60 segundos o de 30 minutos, por eso el éxito de los Podcast y de los videos de Youtube, la atención está ahí, no en las notas, somos pocos los que aún disfrutamos de un café, un artículo de revista, de periódico o de blog.

La realidad es que son también historias poco vendibles, me refiero a que probablemente no es de gran interés e incluso genere apatía leer y conocer todo lo que hay detrás del desarrollo de un gran éxito o suceso. Es entendible que la mayor satisfacción la obtenemos al leer, escuchar o vivir de primera mano la experiencia de ese éxito, el “cómo” sus protagonistas llegaron o consiguieron ese resultado normalmente no es relevante.

El hambre y la necesidad y la necedad

Detrás de la mayoría de los autos exitosos en la historia del automovilismo, hay un grupo de personas que tuvieron la visión y la energía para desarrollar ideas y conceptos que al invertir muchísimas horas y gestionar equipos y recursos dieron como resultado autos que han trasendido y marcado historia por su belleza o por su desempeño y en el mejor de los casos por las dos cosas, y, cuando estos dos factores se juntan, tenemos un auto que se convierte en leyenda. No te aburras, quiero que entiendas mi punto y pronto llegaré al fondo.

Hace falta hablar de otro factor primordial en el éxito de estos desarrollos, y es que detrás de cada uno de estos personajes con la visión y la energía hubo otra persona con los tamaños (capaz de asumir un riesgo en muchos casos incuantificable) y los bolsillos, normalmente, representando y vendiendo una marca, por lo regular relacionada con productos y servicios de lujo o automotrices.

Hablar de todo esto es necesario para entender cómo y porqué nacen algunas de estas leyendas y es de la necesidad de una marca por aparecer en la imagen de un auto que gana competencias, porque eso hace que los consumidores (los que ven pasar el auto en un circuito, en un rally o en una exhibición) busquen y compren sus productos. A esto se le llama patrocinio y algunos han logrado crear máquinas increíbles.

Le dîner des cinq ivrognes français: Essence et Lubrifiants de France

ELF fue uno de los jugadores clave en esta fórmula y hablar de los orígenes de esta relación amor- odio implicaría hablar de Gordini, Alpine, Matra y etcéteras que sería injusto hacerlo por encima, por eso vamos a enfocarnos solamente por esta ocasión en Renault- Sport (antes Alpine) y prometo que les cuento en otro momento las fiestas que se organizaban entre Alpine Renault y Gordini, historias muy buenas también.

¡Bueno ahí va! Jean Terramorsi, Amédée Gordini, Jean Rédélé y Francoise Guiter.

Ya medio pedos los franceses, les da por soltar dinero, y como Liberté, égalité, fraternité,

me gusta imaginarme que después de haberse metido sus 10 botellas de Chateau Latour en mesa para cinco y convencidos de que el mundo debía verse más azul, rojo y blanco, decidieron en conjunto y que por varios medios deberían ganar en la Fórmula 1.

Pongamos que, en la mesa se sentaron Renault, Alpine, Gordini, ELF y la cena la sirvió Francia en su propia casa, el objetivo era demostrar la excelencia de la ingeniería francesa y mejorar el perfil industrial del país (no estaban tan locos o pedos si lo piensas bien). Por supuesto, no fueron los únicos emborrachados, Francia sirvió varias cenas en esos meses, para varios invitados y esto provocó una carrera por ser el elegido. Francia decidió ofrecer una suma de dinero al constructor que presentara el proyecto más atractivo para el concepto y construcción de un auto de carreras 100% de origen Francés.

Ahora, todo esto ocurría en la década de los 60’s, pero para los 70’s ese mismo programa estaba replicado a todos los formatos y categorías importantes, carreras de resistencia, rally, TODO, con más y menos participación de uno de otro. De cualquier manera es imprescindible saber que Renault por su parte, fijó claramente tres objetivos: poner de moda el turbo en la F1, ganar Las 24 Horas Le Mans y regresar al Campeonato Mundial de Rallies con un auto puntero que fuera capaz de ser asociado y relacionado con un auto de serie. Pero además no estaba sólo, de una u otra manera, Alpine (después Renault Sport), Gordini y ELF caminaban juntos, de la mano, tomados, agarrados, insoltables.

No olvidemos que en esos años tanto Renault como ELF eran empresas estatales y esto hizo más fáciles las cosas hablando de dinero, pero también más difíciles de operar, por lo que las decisiones comerciales y políticas siempre influían en las técnicas y operativas.

Súper Ardidos

En 1976, Alpine y Renault vieron a Lancia proclamarse tres veces campeón del mundo. Eso además de producirles unas agruras espantosas, les llevó a un inusual estado de euforia y creatividad. Debían reaccionar lo antes posible y de la mejor manera.

El 9 de marzo de 1978 en un circuito cerca de Dieppe, Francia y en el volante Gèrard Larrousse (el de la escudería en los 90’s) o Alain Serpaggi rodaron por primera vez el primer prototipo del proyecto 822-01 seudónimo que usó Marc Deschamps en Bertone para designar el desarrollo de este prototipo encargado a Gandini. Yo creo que Gandini lo pidió expresamente pero la historia en Bertone es que Deschamps se lo puso de castigo.

La pregunta es: ¿por qué este auto marcó la historia del automovilismo a pesar de no haber ganado ningún campeonato del mundo? A mi parecer es una pregunta justa y debe y puede tener varias respuestas.

Primero, fue el primer auto de calle de producción con un turbo cargador acoplado a su motor 1.4 litros.

Segundo, la fórmula técnica que se usaría para desarrollarlo, serviría después para crear otros conceptos igual de radicales. Es brillante porque mantiene los costos bajos y porque además comercialmente empuja considerablemente la venta de esos modelos.

Tercero, esta fórmula de usar un auto de producción de tracción delantera, que es muy barato de resolver y funciona muy bien y meterlo al gimnasio es la misma fórmula que se usa hoy en día para desarrollar los WRC’s.

Cuarto, como consumidores, saber que tenemos acceso a compra al mismo auto que está disputando el mundial de rallies, ha sido lo que para muchos nos ha acercado al rally, es decir, saber que tenemos un auto de calle que compite en el mundial es uno de los factores que hoy en día nos siguen acercando al rally y que desde los años POST GRUPO B, en donde lo principal era la espectacularidad lo que nos mantenía como fanáticos, juega un papel primordial en nuestro interés. Piensa nada más en cuantos Imprezas, Lancers, Peugeot’s, Fiestas, etc… hemos consumido, infectados con el virus del Rally  en mucha parte provocado por estas leyendas.

La historia de este auto es muy compleja y está llena de matices, es más una novela que un cuento y sus personajes sintieron frustración, miedo y coraje tanto como gozo, alegría y felicidad. Lo importante es que nos dieron la oportunidad de conocer y apreciar en todos sus aspectos un auto que sigue ocupando un lugar muy importante para quienes saben apreciar la complejidad técnica, las emociones al verlo, escucharlo pasar, la silueta y el culo gordo de este increíble Renault 5 Turbo y todas su variantes.

Humberto Calvillo

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