1985, para muchos de nuestros padres, hermanos y conocidos fue un año de la chingada en la Ciudad de México, y con razón, el terremoto destruyó miles de hogares y mató a más de 9,000 personas que hoy todavía duelen.

 

También es un año muy chingón, al menos para mí así lo es, es el año en que nací, se hizo la primera llamada por teléfono móvil, en el cine Back to the Future, Rambo, Rocky IV, en la música, Bob Dylan, Michael Jackson, Kenny Rogers, Stevie Wonder, se juntan para hacer «We are the World»,  Microsoft lanza Windows 1.0, se lanzan al mercado los primeros Compact Disc y también se descubrió el hoyo en la capa de ozono.

En el mundo motor, Suiza reglamenta el uso de convertidores catalíticos, dándole un respiro al ambiente, un golpe a las armadoras y al desempeño de los autos. En fin, es un año significativo por muchas cosas y acontecimientos.

En 1985 también, 1775 centímetros cúbicos, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección electrónica, turbocargador, motor central transversal, tracción en las cuatro ruedas, cinco marchas, 300 caballos de fuerza, 940 kilos, Finlandia: título de constructores del Mundial de Rally, título de Pilotos del Mundial de Rally.

En 1985, el Peugeot 205 T16 hizo lo que quiso, bailó lo que pudo, primero con todo mundo y después a todos, con los mejores, jugó hasta que se cansó y yo no me canso de decirlo: es el coche de carreras más chingón, por su sonido, por su aspecto, por su estructura, su configuración, la complejidad, por ser de Rally, por su historia y porque se volvieron locos, porque Grupo B, porque Salonen y luego, el que lo hizo, Jean Todt, ya lo dije antes, es de los fuera de serie a los que aspiro llegar a ser un día.

En 1985 vivía con emoción mucha gente extraordinaria, fue capaz de crear máquinas increíbles que todavía hoy nos siguen emocionando, táchenme de romántico, de odioso y de insoportable, 1985 es de lo mejor que ha pasado, porque me ha pasado también a mí.

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